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Mostrando entradas de 2009

NOCHEVIEJA… AÑONUEVO

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¡Tiempo de festejo!… ¿Qué festejo?... ¡Ay, no lo sé! Dicen que un ciclo termina y otro comienza… Sé que así es porque me lo han enseñado, sin embargo me pregunto: ¿por qué termina este día y comienza este otro? Miro al cielo y no noto diferencia con ayer o anteayer o el mes pasado. No cruzan cometas, ni caen estrellas. Nada cambia a mi alrededor a pesar de ser un momento tan especial. No todos los días muere o nace un año… Más llamativo resulta saber que a pesar de ser un evento importante no lo es en todo el mundo, lo que implica que en realidad a lo largo del viaje solar la muerte y el nacimiento de un ciclo depende, no del ciclo mismo, ni de nada natural, sino del criterio humano. Entonces cuando me pregunto que festejo, me respondo que estamos festejando una de las tantas ideas humanas arbitrarias. Una convención. Algo vacío de ritual y de comunión con la naturaleza. ¿Será por eso que estas fechas traen más dolores de cabeza que satisfacciones? A la hora de preguntarme

NOCHE BUENA

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  Del libro CUENTOS DE BARRO de Salvador Salazar Arrué - (SALARRUÉ) Guadalupe Aparicio   La tarde herida cayó detrás del cerro, con lala [1] azul tronchada y el pico dioro entriabrido [2] . El nido de noche quedó sólito, con piojío [3] de estrellas y el huevo brilloso de la luna. Plumas quedaron angeleando, tristosas. Los guarumos, altos y chelosos, se miraban en las escuranas [4] , con aspecto de espíretos [5] de palos. La brisa espesa, tufosita y jelada, hacía nadar las ramas en los claros morados del cielo. El sereno mojisco [6] untaba brillos en los bultos de las cosas; y toda la tierra se encaramaba al cielo en olores. Lijaban los grillos, puliendo el silencio. Por la puerta del rancho embarrancado, salió al pedrero una puñalada de luz. Las sombras acamelladas de los moradores reptaron hasta el patio. Un chucho, interpuesto, se había hecho mesa en el umbral. Poco a poco, la noche se fue alunando en clarores hermosos. Desde el patio se columbró el caserío del pueb

TIEMPO DE NAVIDAD- TIEMPO DE SOLSTICIO

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  NAVIDAD: SOLSTICIO de invierno. (PARA NOSOTROS HABITANTES DEL HEMISFERIO SUR: SOLSTICIO DE VERANO) Luz y Oscuridad conforman y construyen la totalidad de la existencia. Es en su eterno juego, en ese combate que imaginamos, aunque bien podría ser tan solo un fluir natural, como se recrea la vida a si misma y se modifica la realidad perceptible para la mirada humana. Luz y Oscuridad, una misma esencia, una sola cosa que sin embargo percibimos en aspectos separados dentro y fuera nuestro, así como dentro y fuera la misma historia del cielo y la tierra se manifiesta en nuestra propia historia cotidiana. Dicen los antiguos: “Así como es en lo alto es en lo bajo, como es en lo grande es en lo pequeño, como es adentro es afuera, porque todas las cosas son una única cosa y la misma” Cada momento de la historia de los cielos ha ido construyendo en la imaginación de los hombres una historia posible de ser narrada en miles de versiones que a pesar de sus diferencias guardan

CALIDOSCOPIO DE SER

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  Cada vez que he creído no poder más, una nueva situación me exigió seguir adelante. Siempre adelante, probando, acomodando, cambiando. Ningún pensamiento, sensación, emoción, queda por siempre en calma, todo muta como las hojas del árbol. Observo al mundo, lo observo cada día más... Me observo, me observo cada día más... La senda que elegí esta plena de obstáculos, no he dejado hueco llano para aflojar la atención, ni para hallar descanso. La marcha dura, sacando fuerzas del universo, me enseñó de disciplina, la tierra árida me obligó a la austeridad, Las rocas resbalosas, los cardos altos, las alimañas, me exigieron desarrollar la voluntad y depender de ella. Hoy llevó mucho del camino recorrido, sé caminar descalza y con la espalda erguida, se recurrir a mi para hallar el centro, descubrí el poder interno que me da respuestas a los miedos, al dolor, al intento de cada instante. Me vi como serpiente arrastrándome en los recodos, con la mente fija en el obstáculo que debí

El ciervo y Las Montañas

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Leyenda Medieval sobre el origen del eco. Cuéntase que en un lugar recóndito, encontrábase la isla Lavática. Era esta isla de un tamaño menudo, sus montañas estaban circundadas en torno a ella, de modo que desde sus entrañas se divisaba como un gran habitáculo circence. Cubierta en su totalidad por plantas y árboles de agradable semblante, podría definirse como aquel lugar idílico a que le placería morar a criaturas de toda índole. Después de una fuerte marejada situada en las cercanías de su costa, arribó un día, un ciervo, que asiéndose a una rama había logrado burlar el trágico destino que le tenían reservado las parcas. Siendo muy trabajador, y a sabiendas que las montañas son gustosas del frescor y humedad selvática, pues de otro modo el Viento y el Agua no dudaban en arañar grano a grano su cuerpo para transfórmalas en meras mesetas áridas, dedicóse al cultivo de árboles y plantas. Las Montañas a la vista del buen hacer del ciervo, no vacilaron en hacerse amigas de éste,

LA NIÑA QUE QUISO SER HADA

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    Hubo una vez un Hada que llevaba bastante tiempo viviendo entre los seres humanos disfrazada de mísera ancianita, porque las hadas tienen prohibido mostrarse en su esplendor. Llevaba ya más de cien años en la Tierra, donde había sido enviada por la Reina de las Hadas, con la misión de ayudar a los seres humanos. Estaba cansada y decepcionada. Había ayudado infinidad de veces a hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos, ancianas y ¡nunca, nunca le habían agradecido! Quizá por parecerles a los beneficiados que las ayudas llegaban de una forma casual. Ya no quería trabajar más en la tierra, por eso cierta noche buscó el silbato de oro para las emergencias y lo hizo sonar. Al momento aparecieron dos pavos reales blancos, que componían el tiro de una bellísima carroza cubierta de plumas resplandecientes. Y en aquel preciso momento el hada se convirtió en una hermosa jovencita de rubios cabellos. Su harapienta vestimenta adquirió las formas de un espléndido vestido tejido con sed

MI LUMIA

El amor está siempre más allá de las palabras. Es sensación, sentido, susurro…, por eso se le puede cantar, contar, pintar, esculpir Se le puede decir y decir sin decir Nombrar y dejar entrever entre pliegues de arabescos. Me gusta cuando la palabra conmueve y crea sentido por la pura musicalidad de sus letras Me gusta por eso este poema   MI LUMIA - Oliverio Girondo.   MI LU MI LUBIDULIA MI GOLOCIDALOVE MI LU, TAN LUZ, TAN TÚ, QUE ME ENLUCIELABISMA I DESCENTRA TE LURA I VENUS AFRODEA I ME NIRVANA EL SUYO, LA CRUCIS, LOS DESALMES CON SUS MELIMELEOS SUS EROPSIQUISEDAS SUS DECÚBITOS LIANAS Y DERMISFERIOS LIMBOS Y GORMULLOS MI LU MI LUAR MI MITO DE MONO AVE DEA ROSA MI PEZ HADA MI LUVISITA NIMIA MI LUBÍSNEA MI LU MÁS LAR MAS LAMPO MI PULPA LU DE VÉRTIGO DE GALAXIAS, DE SEMEN, DE MISTERIO MI LUBELLA LUSOLA MI TOTAL LU PLEVIDA MI TODA LU LU MÍA   Etiquetas de Technorati: POESIA , OLIVERIO GIRONDO , MI LUMIA

A LA HORA DEL TÉ- CUENTO DE FRAY MOCHO

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Fray Mocho es uno de los escritores que más me gustan por su humor, por su habilidad para captar con lucidez el habla y los modos de la sociedad, —que no ha cambiado tanto desde sus tiempos hasta los nuestros— y por su capacidad para resultar profundo con tan aparente simpleza. Sus magnificas historias no suelen tener mucha difusión por eso quiero compartirlas con ustedes A LA HORA DEL TÉ— FRAY MOCHO— 14—4—1900 —¡No me digas, che!... Estos de ahora ya no son mozos... ¡Los muchachos parece que nacieran viejos y de las muchachas no te digo nada!... Vos las ves reunidas y es un cotorreo y una charla y unas risas, que cres por lo menos está desfilando todo Buenos Aires ridículo por delante del grupo y te ponés a escuchar... ¡Hijita!... ¡Qué insulsez!... Todo ese barullo es para hablar de baratillos y de pichincheo con las costureras o ponderaciones de lo tiradas que eran en París, según les contó fulanita las puntillas que aquí cuestan un sentido... Parece que fueran dependiente

TODO ESTÁ DETRÁS

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Adolfina miró la fachada y una mueca de tristeza se delineó en su boca. Había jurado no regresar jamás y sin embargo allí estaba después de tantos años. La casa no era tan grande como la recordaba, ni eran tan amplios sus jardines, ni tan altos los árboles, ni tan ruidoso el paisaje. Todo se había achicado al tiempo que se desvencijaba y el moho, oloroso y resbaloso, reptaba por sus intersticios. Abrió la puerta con delicadeza, temiendo que un movimiento brusco la desencajara por completo de sus goznes y con ella cayera toda la construcción. Recorrió la sala, la cocina donde aún permanecía la vieja y negra cocina a leña enfrentando desafiante la boca del horno de pan, el baño en el que tantas veces había inventado historias sumergiéndose en la bañera con patas; tampoco la bañera era tan alta y grande como la recordaba. Llevada por un impulso se metió dentro obligada a encoger las piernas que ya no eran las de una chiquilla. Sonrió y acarició la cuna húmeda de sus fantasías. Reco