SEDNA, LA HIJA DEL MAR

          MITO ESQUIMAL- Adaptación mía



Cuenta la leyenda que alguna vez existió una muchacha muy joven y hermosa llamada Sedna, que vivía con su padre viudo. Unos dicen que muchos la pretendían y ella se negaba pues ningún joven le parecía suficiente. Otros afirman lo contrario, diciendo que nadie buscaba casarse con ella cuando tuvo la edad para hacerlo. y claro, ella se lamentaba pues en esos tiempos era muy malo para una joven no hallar quien la amase.
Las cosas podrían haber seguido así, pero... (las cosas nunca siguen iguales) un día, cuando menos lo esperaba vio desde su cabaña, un magnífico barco que era capitaneado por un apuesto y rico cazador extranjero.


Según cuenta esta historia él también la vio a ella en el mismo momento y como no podía ser de otro modo se enamoró inmediatamente de ella.
Él se acercó a la orilla y ella caminó hasta la mar. Se miraron, se sonrieron y la joven doncella tanto se dejó seducir  por las bellas palabras llenas de promesas y tesoros, que se marchó con el desconocido.
Pero ¡ay!
Como también suele suceder, la inocente muchachita, nada más el barco alejarse de la costa, descubrió la verdadera identidad del cazador y cayó, calro está, en una terrible desesperación. Es que el cazador era en realidad un pájaro mágico que tenía la facultad de cambiar de forma y otros poderes que no se cuentan en esta historia.
Mientras tanto su padre, al saber de la repentina desaparición de su hija, se aventuró en su kayak a través del océano hasta que dio con ella. Cuando la encontró, Sedna estaba sola y aprovecharon para huir de ahí. Pero cuando el poderoso pájaro regresó y se percató de la partida de su amada, enfurecido partió en su busca.
En cuanto la divisió navegando en un bote, el ave agitó las aguas con furoro reclamando a la niña. El padre de Sedna por cierto se negó a entregársela, entonces el pájaro ciego de rabia desencadenó una rabiosa tempestad.
El pobre padre, conocedor de la vida marina y de las fuerzas ingobernables de la naturaleza,  comprendió que no podía luchar con ser tan poderoso, era la voluntad sobrenatural del mar, la que reclamaba a su hija.
Aterrorizado hizo lo que debía hacer: Lanzó a Sedna fuera del barco, para consumar el sacrificio.
La joven primero se estremeció, luego le miró horrorizada, y en medio de aquella desesperación, salió a la superficie y trató de aferrarse a las orillas del barco, pero el padre le cortó los dedos con un hacha.
Sedna hizo otro intento para salvarse, pero su padre siguió cortándole los dedos, uno por uno.
Los primeros se transformaron en focas; los segundos en “okuj” o focas de las profundidades; los terceros en morsas y el resto en ballenas.

Así, el océano calmó la furiosa tormenta después del sacrificio y todo quedó en gran tranquilidad.

Desde entonces, Sedna, La Reina de las Focas, vive en el fondo del océano, en una región llamada Adliden donde afluyen las almas de los muertos para someterse al juicio y a la sentencia que a todos nos espera en ultratumba.

Si ustedes se preguntan por el pájaro, les diré que de él ya no se habló más es que aprece que se trataba para unos de un Chamán, para otros del espíritu áereo que agita y anima a las aguas profundas, y otros ... pues otros dicen que se trataba de el espíritu mismo del mar que sintiéndose vacío exigió un sacrificio para llenarse de vida.



Algo sobre los Inuit
Los esquimales, los inuit, como se llaman a sí mismos, desde lejanos tiempos, convivieron con la nieve, el oso, las focas, las aguas frías. Sila, divinidad invisible, era una de sus principales divinidades. Y Sedna, la Reina de las Focas, la hija del mar...
Los esquimales son un pueblo que vive en las regiones árticas de América, Groenlandia y Siberia. En Canadá, se definen a sí mismos como inuit, que significa "el pueblo" , ya que esquimal es un término algonquino que podría significar «devoradores de carne cruda». El singular es inuk, que significa "hombre" o "persona".

La palabra esquimal (eskimo en inglés) ha caído en desuso en Canadá, donde oficialmente sólo se utiliza inuit. De hecho, sólo en Alaska y Siberia los pobladores se siguen llamando esquimales. En español, sin embargo, la palabra "inuit" no figura en el diccionario.

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