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Mostrando entradas de febrero, 2011

Quechua: UNA LENGUA CON ESTIGMA Y ESPERANZA

Esta historia me llegó de manos de Elvira Sánchez (del INSTITUTO DEL LIBRO Y LA LECTURA, INLEC DEL PERÚ, Y CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA Construcción y forja de la utopía andina ) a quien agradezco profundamente, como agradezco a su autor Danilo Sánchez Lihón, ya que me ha hecho emocionar hasta las lágrimas, por eso quiero compartirla ya que es un canto a la memoria de forjadores de imperios que merecen reconocimiento. Danilo Sánchez Lihón Para contactar con él clik acá 1. Su aldea nativa Santiago Alvarado Anaya nació en la aldea de San Miguel de la provincia de Aija, “Perla de las vertientes”, pueblo próximo a la Cordillera Blanca en el departamento de Ancash, villa de una sola calle y casitas enfiladas, iluminadas por el espejo de nieves relumbrantes de la cadena de glaciales más hermosa del planeta Tierra. Nació en una realidad cotidiana donde el idioma en uso es el quechua, donde creció hablando quechua, jugando en quechua, amando y sufriendo en esa lengua transida y mime

Los días de pesca

Un cuento de Ana María Shua   …que el agradezco a Roque habermelo compartido! Cuando yo era chica, en verano, iba siempre a pescar con mi papá. La caja de pesca era de madera y estaba pintada de verde. Adentro había anzuelos de distintos tamaños: los más chicos eran para pejerreyes y los más grandes para tiburones. También había plomadas. Las plomadas, en general, tenían forma de pirámide. Eran muy pesadas. Tenían esa forma para evitar engancharse en las rocas. Íbamos a pescar al muelle o al Pozo de las Burriquetas y siempre se enganchaba la plomada porque había muchas rocas. Yo digo nos pero el único que pescaba era mi papá. Es decir, el único que manejaba la caña porque en Miramar había muy poco pique. Yo tenía una cañita pero nunca la llevaba; no me gustaba usarla. Lo que me gustaba era estar parada al lado de papá. En el muelle ya nos conocían y también nosotros conocíamos a los que iban más seguido. Al Flaco, por ejemplo, que tenía el pelo rubio y las cejas completamente negras

La palabra viaja y se encuentra

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Para más información los invito a visitar el blog de Tarija 2011 Etiquetas de Technorati: CUARTO ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ESCRITORES TARIJA - 2011

EL CRESPIN

-Leyenda de la Provincia de Salta El crespín es un pájaro del tamaño de un gorrión. Tiene la cola larga y las alas cortas. Su canto parece decir: "cres... pín... cres... pín... Se lo ve en tiempos de la cosecha del trigo, en el centro y noroeste argentino, y su canto otorga cierta tristeza al paisaje. Cuenta la leyenda que Crespín era un criollo bueno y trabajador, que prefería la vida sencilla y sobria. En cambio a Durmisa, su esposa, le gustaban mucho las fiestas y la música y sobre todo el baile. Un año, de cosecha muy abundante, Crespín tuvo que trabajar de sol a sol para poder terminar con la siega y la trilla. Y fueron muchos días; tantos, que a Crespín le parecieron uno por cada espiga de trigo del campo. Una tarde llegó a su rancho muy cansado y sintiéndose enfermo a causa de tanto esfuerzo. Durmisa no le prestó atención; estaba ocupada bailando. -Estoy enfermo y tengo que terminar con la cosecha -dijo Crespín-. Por favor, ve al pueblo y tráeme medicina para poder levan

No es lo mismo la fantasía que la realidad

Cuento sufi Cuentan que había un rey a quien le gustaban mucho los dragones. Se hizo un gran experto en esta materia y su palacio estaba decorado con obras de arte que recreaban todo tipo de dragones, gran parte de sus joyas representaban dragones y su ropa estaba decorada con motivos de dragones. En sus jardines manaban fuentes con dragones de piedra e instauró una gran fiesta llamada el Festival del Dragón. Incluso afirmaba que sería capaz de dar cualquier cosa con tal de tener la oportunidad de ver a un dragón si es que éstos hubiesen existido. Una noche, un fuerte ruido lo despertó. Un enorme animal estaba introduciendo su cabeza por la ventana y, al abrir sus fauces, lanzó una llamarada que casi alcanzó al rey. Era un dragón. El aterrorizado monarca llamó a gritos a su guardia, que acudió en tropel armada hasta los dientes. -¡Matad a esa bestia! -ordenaba el rey fuera de control. Al cabo de una cruenta pelea, el extraordinario animal yacía muerto a las puertas de palacio. Desd

La gota que rebalsa

  Dicen que una sola gota rebalsa un vaso y al hacerlo genera un fluir incontrolable que se derrama sin escándalo por donde se le da la gana. ¡Es cierto! Hoy me he puesto ha apilar los sinsabores por un lado y las buenaventuras por el otro. La balanza colapsó y me derramé como la gota, sin escándalo y sin prisa hacia ese instante en que lo que era ya no es. © Ana Cuevas Unamuno Etiquetas de Technorati: La gota que rebalsa , Ana Cuevas Unamuno

QUÉ BELLA LA BESTIA, QUÉ BESTIA LA BELLA.

Un Cuento de Ana Cuevas Unamuno Siempre había sido prisionera de su belleza, como si fuese ella el único mérito que los demás le reconocían, su único sentido, su sino. Tan bonita era que desde su nacimiento cargó con la obligación de mostrarse buena, educada, cortés, simpática, habilidosa y pura. Al punto de verse forzada a representar una adolescencia angelical, destacando simultáneamente su potencial sensual y su ingenuidad impuesta. A los seis años, muerto su padre, su madre, urgida por la miseria, la llevó al primer concurso de belleza infantil del que salió reina y con un contrato por cinco años para modelar los diseños de una prestigiosa casa de Alta Costura. Sus dos hermanas, condenadas por la vulgaridad de su apariencia, terminaron por detestarla acusándola de falsa, trivial, vacua... Las dos, sin otra opción, se abocaron al estudio a fin de destacarse en inteligencia, cultura y seriedad. La una como ingeniera, la otra como científica, cada una con su título enrostrándole la s

Él. Ella..., la Esquina

  El: Va caminando por la calle descubriendo cada lugar. Esta buscando, está encontrando. Le gusta caminar observando como el mundo pasa apurado, aturdido, distraído a su alrededor. Se detiene a mirar los detalles, las paredes altas, las ventanas cerradas, las cúpulas olvidadas, también observa los pequeños gestos que delatan las historias de vida. Como aquel hombre de traje gris que arrastra su oficina con rostro de balance en rojo, andar metódico y simétrico; o aquella mujer que corre para seguir corriendo y de tan apurada todo lo olvida, o ese linyera que pasea su abandono indiferente a los gestos de rechazo. Se cruza con ceños contraídos, tensos, furiosos, decepcionados, miradas perdidas, ciegas, vacías. Bocas torcidas en infinidad de muecas, gritos malhumorados, señales inconfundibles de apuro, de desconcierto, de miedos, de ganas. Suspira, el sol brilla en el cielo, unas nubes tenues juguetean. ¿Qué podría sorprenderlos?. ¿Qué despertaría una sonrisa en sus rostros?. Se preguntó

El zorro, el quirquincho y la tostadora de maíz

Cuento tradicional de TUCUMÁN- ARGENTINA Diz que el zorro y el quirquincho habían andao de compañeros. Habían andao buscando qué comer. Diz que iban cerca di un caminito y han visto que venía una vieja con una tipa75 en la cabeza llena di ancua76. La vieja qui había tostao como diez callanadas77 de máiz pa hacer cocho78, volvía de la casa de una comadre ande había ido a molela a la ancua. Y áhi que li ha dicho el quirquincho al zorro: -Yo me guá hacer el muerto a ver si la vieja mi alza y me pone en la tipa 'i cocho, y como, y saco lo que puedo. Y diz que si ha hecho el muerto en el caminito. Y qui ha llegao la vieja y ha dicho: -¡Ve, mi suerte!, m' hi encontrao este quirquincho. Seguro que los perros lu han dejau medio muerto o 'tá helau. Con el quirquincho asao y la sopa 'i cocho se van a poner panzonas mis guaguas79. Y áhi que lu ha alzau y lu ha echao en la tipa. Y el quirquincho muy despacito si ha llenau los bolsillos 'i cocho, y cuando han pasao por debajo

El abrazo del juglar

Felipe no sabía leer. Era torpe, sucio, me molestaba. Justo al lado de casa se le ocurrió ir a vivir. Cada tarde mientras él acomodaba la basura recogida durante el día, yo sentada en el pasto del jardín leía. Por fastidio leía en voz alta para que él supiese que yo era inteligente, distinta. Pasaron años, nunca hablamos. El cataclismo duró un eterno instante, nada quedó en pie, ni la casa, ni el jardín, ni el pueblo, ni mis ojos. Una mano tibia secó mi llanto, arrullándome amorosamente con palabras rescatadas de mis libros ahora perdidos. Etiquetas de Technorati: El abrazo del juglar , Ana Cuevas Unamuno , Microcuento

Apuntes sobre el arte de escribir cuentos, por Juan Bosch

  El cuento es un género antiquísimo, que a través de los siglos ha tenido y mantenido el favor público. Su influencia en el desarrollo de la sensibilidad general puede ser muy grande, y por tal razón el cuentista debe sentirse responsable de lo que escribe, como si fuera un maestro de emociones o de ideas. Lo primero que debe aclarar una persona que se inclina a escribir cuentos es la intensidad de su vocación. Nadie que no tenga vocación de cuentista puede llegar a escribir buenos cuentos. Lo segundo se refiere al género. ¿Qué es un cuento? La respuesta ha resultado tan difícil que a menudo ha sido soslayada incluso por críticos excelentes, pero puede afirmarse que un cuento es el relato de un hecho que tiene indudable importancia. La importancia del hecho es desde luego relativa, mas debe ser indudable, convincente para la generalidad de los lectores. Si el suceso que forma el meollo del cuento carece de importancia, lo que se escribe puede ser un cuadro, una escena, una estampa, p

La mamá de los cuentacuentos

Un cuento de Eduardo Galeano Por vengarse de una, que lo había traicionado, el rey degollaba a todas. En el crepúsculo se casaba y al amanecer enviudaba. Una tras otra, las vírgenes perdían la virginidad y la cabeza. Sherezade fue la única que sobrevivió a la primera noche, y después siguió cambiando un cuento por cada nuevo día de vida. Esas historias, por ella escuchadas, leídas o imaginadas, la salvaban de la decapitación. Las decía en voz baja, en la penumbra del dormitorio, sin más luz que la luna. Diciéndolas sentía placer, y lo daba, pero tenía mucho cuidado. A veces, en pleno relato, sentía que el rey le estaba estudiando el pescuezo. Si el rey se aburría, estaba perdida. Del miedo de morir nació la maestría de narrar. Etiquetas de Technorati: La mamá de los cuentacuentos , Galeano Eduadrdo , cuento , narar