Cuento: El Paraíso
Un cuento de Orlando Romano (Argentino)
Eva pidió un compañero. La diosa se arrancó una costilla; el hueso transmutó en un hermoso mancebo.
-Este es Laesilae, que significa Señor de la Lujuria.
-No lo quiero- Eva frunció el ceño.
La diosa se arrancó una segunda costilla.
-Este es Virbífido, que significa Placer Supremo.
Eva tampoco lo quiso, como no quiso al resto de los atléticos, alegres y ardorosos postulantes que fueron surgiendo. Malhumorada y descostillada, la diosa se extirpó una uña: floreció de indisputable fealdad y rostro compungido.
-Se llama Adán, no sé que significa.
Incapacitados de saber por qué ellas adoran el misterio, contentémonos con saber desde cuando.
(Tomado prestado de Cuentos de un minuto. CADDAN, Buenos Aires, 1999)
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