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Mostrando entradas de abril, 2012

LOS DUENDES DE LA COLORADA

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  Leyenda Argentina   En la inmensa llanura entapizada de pajonales matosos, traicioneros encubridores de vidas acechadoras y de muertes ignotas; sin más atenuación a su tétrica soledad que unas cuantas miserables chozas de techo de paja perdidas entre los juncales, existió, por mucho tiempo, una estancia misteriosa. Ocupaba una pequeña loma, larga y angosta, rodeada de cañadones sin fin y oculta, casi siempre, entre brillazones engañosas.           La llamaban «la Colorada» porque en el horizonte, relumbraba a menudo como siniestra llamarada de incendio o roja mancha de sangre: «Por ser el techo de teja», decían algunos; pero, sin incendio ni sangre, no puede haber reflejo a sangre ni incendio.           Establecimiento primitivo, aglomeración de ranchos, ramadas y ombúes, con corrales de palo a pique y montecito de sauces, sus haciendas -afirmaban los que decían haber cruzado su campo-, eran todas ariscas y bravías, cuidadas por unos gauchos temibles, de poncho y chiripá, botas de

LA VERDAD... ¿ES LA VERDAD?

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  CUENTO POPULAR DE LA INDIA El rey había entrado en un estado de honda reflexión durante los últimos días. Estaba pensativo y ausente. Se hacía muchas preguntas, entre otras por qué los seres humanos no eran mejores. Sin poder resolver este último interrogante, pidió que trajeran a su presencia a un ermitaño que moraba en un bosque cercano y que llevaba años dedicado a la meditación, habiendo cobrado fama de sabio y ecuánime. Sólo porque se lo exigieron, el eremita abandonó la inmensa paz del bosque. --Señor, ¿qué deseas de mí? -preguntó ante el meditabundo monarca. --He oído hablar mucho de ti -dijo el rey-. Sé que apenas hablas, que no gustas de honores ni placeres, que no haces diferencia entre un trozo de oro y uno de arcilla, pero todos dicen que eres un sabio. --La gente dice, señor -repuso indiferente el ermitaño. --A propósito de la gente quiero preguntarte -dijo el monarca-. ¿Cómo lograr que la gente sea mejor? --Puedo decirte, señor -repuso el ermitaño-, que las leyes por

Eduardo Galeano y sus 365 relatos de “voces que no se oyen”

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  Tomado prestado de Zona Literatura   En Los hijos de los días , el escritor uruguayo Eduardo Galeano emprende nuevamente el “largo proceso para que las palabras digan lo que tienen que decir”, a través de una personal efeméride, 365 relatos brevísimos de hechos mínimos e históricos que recuperan “las voces de los que tienen voz, pero que no se oyen”. James Watt, el escocés precursor de la máquina de vapor con sus inventos; Nazim Hikmet, el poeta reconocido turco 50 años después de muerto en el exilio; o Soledad Barrett Viedma, revolucionaria paraguaya fusilada en Brasil durante la dictadura; son algunas voces que pueblan las páginas del libro editado por Siglo XXI. Opresores y oprimidos, belleza, goce, solidaridad, demonización, los intereses de Galeano vuelven en estas páginas en forma de un calendario que amplifica el sonido de las ideas y palabras que él  considera “merecedoras de ser rescatadas del silenciamiento”. En la cita inicial, extractada del Génesis según los mayas, s

Cuento: El crimen de la cinta métrica

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  Un cuento de  Agatha Christie       Asiendo el llamador, la señorita Politt lo dejó caer sobre la puerta de la casita. Luego de un breve intervalo llamó de nuevo. El paquete que llevaba bajo el brazo le resbaló un tanto al hacerlo, y tuvo que volver a colocarlo en su sitio. En aquel paquete llevaba el nuevo vestido de invierno de la señora Spenlow, de color verde, dispuesto para la prueba. De la mano izquierda de la señorita Politt pendía una bolsa de seda negra, que contenía la cinta métrica, un acerico de alfileres y un par de tijeras grandes y prácticas. La señorita Politt era alta y delgada, de nariz puntiaguda, labios finos y cabellos grises. Vaciló unos momentos antes de llamar por tercera vez. Mirando al final de la calle, vio una figura que se aproximaba rápidamente y la señorita Hartnell, jovial y curtida, con sus cincuenta y cinco años, le gritó con su voz potente y grave: -¡Buenas tardes, señorita Politt! La modista respondió: -Buenas tardes, señorita Hartnell -su vo

Lo que quiero ahora

por Ángeles Caso Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas . O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida. Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la

El huevo de pascua

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  Un cuento de Saki Era evidente que a doña Bárbara, mujer de buena cepa luchadora y una de las más aguerridas de su generación, le resultaba un trago amargo la cobardía sin recato de su hijo. No importa qué otras virtudes haya poseído Lester Slaggby -y en algunos aspectos era encantador-, nadie jamás lo habría tildado de valiente. Cuando niño, había sufrido de timidez infantil; cuando muchacho, de temores no muy varoniles; y ya hecho todo un hombre, había cambiado los miedos irracionales por otros todavía más tremendos, ya que sus fundamentos eran meticulosamente razonados. Les tenía un sincero pavor a los animales, las armas de fuego lo ponían nervioso y nunca atravesaba el canal de La Mancha sin calcular la relación numérica entre los salvavidas y los pasajeros. Cuando iba a caballo parecía necesitar tantos brazos como un dios hindú: por lo menos cuatro para agarrarse de las riendas y otros dos para tranquilizar al caballo con palmaditas en el cuello. Doña Bárbara había dejado

Felices Pascuas- jag sameaj

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En estas fechas Judíos y Cristianos coincidimos en celebración, y esto es natural dado que la Pascua fue originalmente judía y se celebraba cuando se producía la primera Luna Llena, tras el equinoccio de Primavera en el Norte (Otoño en el Sur), en memoria de la noche en que Moisés y las 12 tribus huyeron de Egipto; de ahí que, tanto el Pesaj (Pascua judía) como la Pascua cristiana siempre concuerden con esa fase lunar, aunque casi nunca se sepa en qué mes solar caen. El problema es que el mes lunar tiene 28 días y el solar unos 30, lo que crea una fundamental diferencia que los judíos solucionaron con el almanaque lunisolar que guía sus fiestas: su Pascua es siempre el 14 de Nissan del calendario hebreo, que puede corresponderse con algún día de marzo o abril del gregoriano, pero siempre en Luna Llena. Pascua es una de las palabras más antiguas que han llegado hasta nosotros. Nacida como pesah en el antiguo pueblo de Israel, pasó al griego como paska, por cruce con el latín pascu

La Abuela Grillo- Mito Ayoreo (Bolivia)

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Este bello corto de dibujos animados, presentado en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de La Madre Tierra 2010 de Tiquipaya, Cochabamba, y en el Festival Anima Mundi de Brasil, entre otros eventos, es una producción de The Animation Workshop de Viborg, Dinamarca, en la que participaron ocho artistas bolivianos -becados del Animation Workshop- y el animador francés Denis Chapon. Abuela Grillo es la adaptación de un mito ayoreo   En un principio, la abuela de los Ayoreos era un grillo llamado Direjná. Ella era la dueña del agua, y donde sea que ella estaba, también estaba la lluvia. Sus nietos le pidieron que se vaya, eso hizo, fue cuando los días de calor y sequedad empezaron. La abuela Grillo decidió vivir en el segundo cielo y desde ahí es capaz de enviar lluvia cada vez que alguien cuenta su historia. El nombre Ayoreo (ayoréode, plural masc.) significa algo como “hombres verdaderos”. Es un calificativo cultural ya que se refiere a su modo

Cuento popular: El León

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El león [1] Vivían en otro tiempo cuatro jóvenes dé la casta de los brahmanes, cuatro hermanos que se que­rían entrañablemente y que habían resuelto viajar juntos hacia un imperio vecino, en el que espera­ban encontrar fortuna y renombre. Tres de ellos habían estudiado seriamente todas las ciencias y conocían a fondo la magia, la astro­nomía, la alquimia y las doctrinas ocultas más di­fíciles, en tanto que el cuarto no había cultivado ningún saber; él no poseía más que la inteligencia. Mientras caminaban, uno de los doctos herma­nos hizo la siguiente observación: –¿Por qué nuestro hermano, que no posee nin­gún conocimiento, debe beneficiarse con nuestra sabiduría? Jamás podrá obtener el favor de los reyes, e inclusive nos pondrá en ridículo. Es pre­ferible que retorne a casa. Pero el hermano mayor le respondió: –¡De ninguna manera! Permitámosle compartir nuestra buena fortuna, porque es nuestro hermano bienamado y puede que encontremos para él una posición que ocupe sin ocasionarnos

Murió Gustavo Roldán, un grande de la literatura para chicos

Dice la revista Ñ Considerado uno de los mayores autores de literatura infantil, falleció hoy en Buenos Aires a los 76 años por un cuadro de insuficiencia respiratoria. Acá pueden leer uno de sus cuentos ROLDAN. “Las obras tienen que ser para todos, no tiene que haber dos literaturas", decía. Para él no había temas para lectores niños, sino que los grandes temas eran especialmente para ellos. “A los chicos les interesan las temáticas más fundamentales que les interesan a los grandes, no los temas tontos”, decía Gustavo Roldán. La mayoría de sus personajes son animales que viven en el monte, y cual si fueran personas, les pasan cosas y exponen los valores sociales que a Roldán le parecía importante destacar. Así aparecen zorros, sapos, tatúes, piojos, bichos colorados y ñandúes a través de los cuales aborda temas universales, como el amor, la amistad y la muerte. Roldán nació en Saenz Peña, Chaco, en 1935. Criado en el monte, era Licenciado en Letras Modernas y trabajó como