¡Ya comenzó el Año Nuevo Chino!

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Este 14 de Febrero de 2010 se celebró el Año Nuevo Chino, conocido tradicionalmente como Festival de Primavera, es la festividad tradicional más importante del calendario chino, celebrada también en otros países del este de Asia, (coreanos, japoneses o vietnamitas).

Sus festejos inician el primer día del primer mes lunar (正月, zhēng yuè) y terminan el día quince, cuando se celebra el Festival de los faroles (元宵节, 元宵節, yuánxiāojié). Durante este periodo se produce la mayor migración humana del planeta, el "movimiento de primavera" (春运, 春運, chūnyùn), con millones de personas viajando a sus lugares de origen para celebrar las fiestas con sus familias. Este año concluye con una gran celebración el 28 de febrero de 2010.

El conteo de los Años lunares en China comenzó en el año occidental 2600 AC, cuando el Emperador Huang Ti introdujo el primer ciclo del zodíaco chino.

El '''Año Nuevo Chino''' (en chino: Chūnjíe; , Nónglì Xīnnián) está basado en el calendario lunar utilizado tradicionalmente en China. Según el calendario chino, la celebración de un nuevo año cae en general, a la segunda luna nueva luego del solsticio de invierno boreal (21 de diciembre). Debido a su carácter lunar, el Año Nuevo Chino no puede ser convertido a una fecha exacta del calendario gregoriano y en realidad, puede ocurrir entre el 21 de enero o el 21 de febrero, dado que la Luna en su movimiento cíclico, no sigue una pauta idéntica año tras año.

En el calendario chino, 2010 es el Año Lunar 4708.

La búsqueda de un calendario que reflejara correctamente las estaciones fue fundamental para la agricultura, por lo cual los pueblos buscaron maneras de observar el movimiento de los astros (que en realidad es el recorrido de la tierra alrededor del sol) y reflejarlo en un sistema cronológico de días completos.

Algunas Tradiciones del Año Nuevo Chino

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* El "sobre rojo" (红包, hóng bào), también llamado Lai See, consiste en la entrega a niños o parientes más jóvenes que uno, como deseo de buena suerte, de un sobre de color rojo que contiene una pequeña cantidad de dinero.

* Los Chun Lian 春联, o coplas de la "fiesta de la primavera", como también se conoce el año nuevo en China, para diferenciarlo del occidental. En los 春联 se escriben en buenas caligrafías, aquellos caracteres relacionados con la abundancia, la felicidad, prosperidad... que acompañará a la familia en el año que entra.

* Guardianes de las puertas: representación de figuras en actitud defensiva, colocadas en las puertas de las casas para defender a los moradores de la posible entrada de Nien.

* El pez, Yu 鱼 es homófono del carácter para abundancia es frecuente la colocación de estos animales en las casas. De color rojo ahuyentarán a Nien.

* Colocación del carácter Fu 福 (felicidad) de cabeza, ya que "estar de cabeza" y "llegar" son homófonos en la lengua china, así se dirá "la felicidad (fu) está de cabeza" o lo que es lo mismo "la felicidad (fu) ha llegado".

* Dios de la riqueza, este se presenta con barba y ataviado con una túnica roja y un saco amarillo a la espalda. Se presenta en las casas y reparte imágenes, los moradores de las casas regalan propinas a esta figura, todo ello acompañado de tambores y gongs.

* Hacer platos típicos como los ravioles 饺子 (jiaozi) para la cena de "noche vieja".

* Wu Shi 舞狮 o Danza del León y "Wu Long 舞龙" o "Danza del Dragón", conservadas desde tiempos antiguos, se originan de las artes marciales y sirven para ahuyentar a los malos espíritus

Información Sobre Tradiciones sacada de Wikipedia.

 

Y para sumergirnos más en este mundo maravilloso vaya aquí una leyenda

 

EL TIGRE DEL ESPEJO

tigre

Una leyenda china cuenta que, hace muchísimos años, el mundo de los espejos y el de los humanos estaban comunicados. Ambos mundos convivían pacíficamente hasta que el Emperador Amarillo capturó al magnífico tigre del espejo. Entonces, estalló la guerra…

Cuentan que hace muchísimos años, el mundo de los espejos y el de los humanos estaban comunicados. Cualquiera podía entrar y salir de un espejo de pared, de un espejito de mano y hasta de los pequeñísimos fragmentos de un espejo roto.

La gente de los espejos se parecía bastante a la gente humana, aunque eran más pálidos y brillaban en las noches de luna. Los animales del mundo de los espejos tenían un pelaje cristalino, plumas transparentes y ojos de un color plateado que centelleaba bajo la luz. El gran tigre era el más hermoso de estos animales, con sus rayas negras como la noche y blancas como la luna. Sus dientes relucían como cuchillos de plata cuando se deslizaba silencioso a través de un espejo para caminar por los larguísimos pasillos del palacio del Emperador Amarillo.

La vida de los dos mundos había transcurrido sin problemas hasta la noche en que el Emperador, desvelado, observó desde su lecho imperial el paso del tigre frente a la puerta de su recámara. Inmediatamente quiso tenerlo cautivo en su zoológico imperial y llamó a sus imperiales guardias para que lo apresaran. Éstos se acercaron medio muertos de miedo y provistos de una enorme red. Se ubicaron temblando a ambos lados del final del pasillo y lanzaron la red sobre el majestuoso animal.

El rugido del tigre prisionero hizo temblar las paredes del palacio, rompió los vidrios de los ventanales y, atravesando los espejos, llegó hasta los oídos de la gente del otro lado. Entonces, se declaró la guerra.

La gente de los espejos se armó con lanzas de plata y espadas de cristal para rescatar al tigre. Los soldados del Emperador se armaron con mazas de bronce y escudos de hierro para prevenir el ataque. Durante días y noches, los dos ejércitos aguardaron, tensos y sin dormir, el momento de la batalla. Mientras tanto, el tigre recorría una y otra vez su estrecha celda mordiendo los barrotes.

Por fin, una noche sin luna, la gente de los espejos cruzó el cristal que los separaba y arremetió, pálida y fantasmal, contra los soldados del Emperador. La sangre de los humanos corrió roja como el coral y la sangre de sus rivales corrió plateada como el mercurio. Una y otra vez ganaron y perdieron sendas batallas, con una tristísima pérdida de vidas en los dos bandos. Sin embargo, la guerra no terminaba de definirse y el pueblo del Imperio Amarillo empezaba a hartarse de ver morir a sus hijos por un capricho de su gobernante. Temeroso de perder su poder, el Emperador Amarillo llamó a su palacio a un hechicero famoso.

—¿Cómo puedo ganar esta guerra sin perder a mi tigre? —preguntó.

—El secreto es el azogue, mi señor —respondió el hechicero—. El azogue es la base de los espejos y, si bañáis en él al ejército enemigo, volverán adonde les corresponde.

El Emperador encargó a los sabios y alquimistas que prepararan incontables recipientes repletos de azogue y simuló una retirada de su ejército. Cuando la gente del espejo invadió la plaza imperial creyendo haber ganado la guerra, desde lo alto de las murallas recibió un baño líquido y plateado que, poco a poco, los fue disolviendo y devolviéndolos a su mundo. En algunas horas, la gente del espejo quedó prisionera detrás de los espejos de pared, de los espejos de mano y hasta de los pequeñísimos fragmentos de un espejo roto.

Pero allí no se detuvo la venganza del Emperador, sino que los condenó a repetir para siempre los gestos de los humanos. Por eso, desde ese momento, los espejos copian nuestras caras y nuestros gestos.

Sin embargo, la historia también dice que un día los seres humanos del espejo se despertarán de este sueño mágico, y que el primero en despertarse será un nuevo tigre. Entonces, los espejos no nos devolverán nuestra imagen sino otra diferente. Cada vez más diferente y cada vez más parecida al resplandor del tigre liberado.

Esta historia forma parte del libro del mismo título, publicado por Ediciones Abran Cancha. Adaptación de: Graciela Pérez Aguilar/ Imagen: Ariel Abadi

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